Excelente y esclarecedor artículo del famoso asiriólogo Simo Parpola sobre uno de los hechos más interesantes de la antigüedad que ha intrigado a más de un especialista: la misteriosa muerte del rey asirio Senaquerib. En el presente y breve artículo, Simo Parpola reelabora nueva evidencia, que sumado a los pocos datos conocidos, permiten asegurar con gran precisión la identidad del, hasta ahora, oculto asesino de aquel importante rey asirio.
Reconstrucción del rostro de Senaquerib, rey de Asiria desde 705 a.C. a 681 a.C. |
A modo de Introducción.
Por marvel77
No es el objetivo de este trabajo, informar sobre los hechos y características del reinado de Senaquerib (Sin-ahhe-eriba, rey desde 705 a.C. hasta 681 a.C.). Sin embargo, para entender lo que se relatará a continuación, debemos hacer una pequeña introducción sobre hechos destacados, que sin dudas, es necesario conocer.
No es el objetivo de este trabajo, informar sobre los hechos y características del reinado de Senaquerib (Sin-ahhe-eriba, rey desde 705 a.C. hasta 681 a.C.). Sin embargo, para entender lo que se relatará a continuación, debemos hacer una pequeña introducción sobre hechos destacados, que sin dudas, es necesario conocer.
En el año 699 a.C. a fin de afianzar su dominio
sobre el sur de la Mesopotamia, Senaquerib reemplazo al rey de Babilonia,
considerado ineficiente, por su primogénito y heredero: Asurnadinsumi, practica
algo común en esos tiempos, destinada a la preparación en el arte de gobernar
para los futuros monarcas.
El problema es que, mientras el rey asirio se
encontraba en campaña en el Elam, el rey elamita Khallushu-inshushinak, en una osada
contraofensiva, ataco por el norte de Babilonia. Y tomando por asalto Sippar,
capturo a Asurnadinsumi a quien se llevo prisionero a Elam, donde se supone fue
ejecutado.
La represalia asiria tuvo que esperar un año, para
finalmente destrozar a los rebeldes. Pero el golpe dado por el rey elamita, dio
pie a la posibilidad de una serie de intrigas palaciegas en torno de la
sucesión en el reino, por parte de los hermanos de Asurnadinsumi. Senaquerib,
para evitarse problemas, apuro la designación del nuevo heredero, y esta
decisión recayó no sobre su segundo hijo, sino en su preferido: Asaradón (Aššur-aha-iddina).
Mapa con la máxima extensión del Imperio Asirio. |
Es que, según la ley asiria, el hijo mayor era el
heredero legitimado por los dioses. Pero en caso de morir antes que su padre,
este asumía el derecho de designar a su heredero. Así es como, Senaquerib,
supuestamente a instancias de su esposa favorita: Zakutu (también conocida como
Naqia), se decanto por el joven Asaradón. Evidentemente, no todos quedaron
conformes con la decisión, porque, según algunos textos antiguos (incluida una
declaración de Asaradon), el monarca asirio sería asesinado por alguno (o
algunos) de sus hijos en el año 681 a.C.
Estela de la Victoria de Asaradon. |
Si bien estos textos aportan algunos nombres para
el/los posible/s asesino/s, su verdadera identidad se encontrara oculto hasta
el presente artículo de Simo Parpola, por no coincidir ninguno de ellos con los
nombres conocidos para los dos hijos[1]
sospechosos del asesinato de Senaquerib: Arad-Ninlil
el mayor luego de Asurnadinsumi; y Asaradón,
aparentemente el menor de todos, y quien finalmente se quedara con el trono[2].
Algunas teorías señalan a Asaradón como posible
culpable, cuestión contradictoria, porque ¿Qué motivo tendría este príncipe en
asesinar a quien ya lo había nombrado como sucesor? Todos apuntaron entonces a su
otro hermano, Arad-Ninlil, sobre todo porque, como el mayor de los hijos vivos,
seguramente se consideraba así mismo como el legítimo heredero. A esto debemos
agregar un leve parecido de su nombre con el sospechoso inculpado por los
textos antiguos (el Adramelec
bíblico, el Adramelos de Abideno, o
el Ardumuzan de Beroso). Pero dicha
teoría no terminaba de cerrar, sobre todo por la dificultad de asemejar estos
nombres al del príncipe asirio. Nueva y contundente evidencia debería ser
encontrada para terminar de inculpar a Arad-Ninlil, u otra persona (u otro hijo
de Senaquerib) debería ser entonces el autor del crimen.
Esta encerrona, permitió cantidad de teorías,
ninguna satisfactoria, por lo que el caso parecía de imposible solución, hasta
que, la reinterpretación de cierta correspondencia de palacio, mal traducida
según Simo Parpola, permitió echar luz sobre el asunto y sus conclusiones
presentamos a continuación.
Pero antes, repasemos las evidencias que había
hasta el momento:
De la Biblia, 2. Reyes 19:35-37:
35.
Aquella misma noche el ángel del Señor fue y mató a ciento ochenta y cinco mil
hombres del campamento asirio, y al día siguiente todos amanecieron muertos. 36.
Entonces Senaquerib, rey de Asiria, levantó el campamento y regresó a Nínive.
37. Y un día, cuando estaba adorando en el templo de Nisroc, su dios, sus hijos
Adramélec y Sarézer fueron y lo
asesinaron, y huyeron a la región de Ararat. Después reinó en su lugar su hijo
Esarhadón.
De Berossus o Beroso el Caldeo (Bel-re-ussunu). Libro
II:
21 Al
regresar de la guerra de Egipto, en Hierosolyma, Senacheirim reagrupo allí su
fuerza bajo el general Rapsakes. Dios infligió una enfermedad pestilente a su
ejército durante la primera noche del asedio que destruyó 185.000 [hombres],
junto con sus líderes y oficiales militares.
22
Reducido al miedo y una agonía terrible por esta desgracia, y asustado todo su
ejército, [Senacheirim] huyó con su fuerza restante para su propio reino,
conocido como Ninos (Nínive).
23 Después
de residir allí por un corto período de tiempo, le pusieron fin a su vida,
traidoramente asesinado por sus hijos mayores, Ardumuzan y Seleukar, y fue puesto fuera en su propio santuario, el
cual fue llamado "Araske"[3].
Ellos, [los] dos hijos, perseguidos por los ciudadanos, por causa del asesinato
de su padre, huyeron a Armenia, mientras que Asarachoddas (Asaradón), que
despreciaba a los que vinieron después de ellos [los parricidas], [en sucesión
a] Senacheirim recibió el reinado. Fue así como resultó la campaña de los
asirios contra Hierosolyma.
A esto podemos agregar la declaración de Asaradon,
que sin embargo no aporta nombres.
Declaración
de Asaradón:
“El día 20
de Tebet, Senaquerib fue muerto por sus hijos en una revuelta. El día 18 de
Sivan, Assarhadón, su hijo, ascendió al trono.”
El rey Senaquerib durante el asedio de Laquis, 701 a.C. durante la campaña de conquista de Judea. |
EL ASESINO DE SENAQUERIB
Por el
profesor Simo Parpola © Todos los derechos reservados al autor. Extracto de Muerte
en Mesopotamia, XXVI Encuentro International de Asiriología, editado por el
profesor Bendt Alster, Akademisk Forlag, 1980. El texto se reproduce aquí para
colaborar en los fines de investigación y estudio.
La noticia del asesinato de Sennacherib, rey de
Asiria, el 20 de Tebet, 681 a. C.,
fue recibido con sentimientos encontrados, pero sin duda con una fuerte emoción
en todo el antiguo Cercano Oriente. En Israel y en Babilonia, fue aclamado como
un castigo de divino para las obras "sin
Dios" de un déspota odiado; en Asiria, la reacción debe haber sido de
un abrumador horror y resentimiento. No es de extrañar, entonces, que el evento
esté relativamente bien informado, y que se mencione en las fuentes
contemporáneas y posteriores, tanto cuneiformes y no cuneiforme, y ha sido objeto
también de considerable debate erudito. A pesar de toda esta atención, sin
embargo, lo más céntrico de todo el asunto se ha mantenido abierto: la
identidad del asesino.
Mientras que todas nuestras fuentes coinciden en
que fue uno de los hijos del rey, su nombre no se conoce de ningún texto cuneiforme;
y de los nombres ofrecidos por la Biblia y Berossus, todos ellos textualmente
corruptos evidentemente, no se han explicado satisfactoriamente y son, en
consecuencia, vistos con comprensible recelo. Una teoría favorecida en los
primeros días de asiriología, según la cual estos nombres debe ser visto como
corrupción de Ardior Arad-Ninlil, un hijo de Sennacherib conocido de un
documento legal contemporáneo, gradualmente fue dando paso a una interpretación
totalmente diferente, según la cual el asesino (o al menos el autor intelectual
del asesinato) no era otro que el heredero designado y sucesor al trono de Sennacherib,
Asaradón, quien se ha visto obligado a planear el asesinato con el fin de evitar
ser reemplazado por uno de sus hermanos. La debilidad de esta teoría es que está
en desacuerdo no sólo con el propio relato de Asaradón del curso de los
acontecimientos, quien deposita la culpa en sus hermanos, pero también con las
tradiciones de la Biblia y Berosus; sin olvidar que también implica una gran
cantidad de lectura entre las líneas. Por estas razones, tampoco ha sido
universalmente aceptada esta teoría, y el caso es visto como irresoluble por
falta de claras pruebas concluyentes.
Leroy Waterman, responsable de la primer traducción de la carta. |
En este artículo espero demostrar que la evidencia
disponible no es tan difícil de alcanzar como se suele pensar, y de hecho es
suficiente para determinar la identidad del asesino con una certeza razonable. Existe
una carta Neo-Babilónica, publicado hace décadas, que se explicita el nombre
del asesino, y este nombre no sólo es conocido por haber sido portado por un
hijo de Senaquerib, sino que también está virtualmente de acuerdo con el nombre
de las formas encontradas en la Biblia y en Berosus. El texto en cuestión: ABL 1091, publicado por R.
Harper en “Cartas Asirias y Babilónicas no. XI" (Chicago 1911), ha
escapado a la atención ya que fue malinterpretado y mal traducido completamente
por su editor, Leroy Waterman, el nombre se ha mantenido sin identificar debido
a que su pronunciación real ha sido oscurecido por su engañosa ortografía logográfica.
En lo siguiente, intentare analizar en detalle tanto la carta como el nombre y finalmente
integrar la nueva evidencia con los hechos ya conocidos en una nueva y breve
evaluación del asesinato y su historia.
El comienzo de ABL 1091 esta perdido. Las tres primeras líneas existentes son fragmentarias, pero parte de ellos sigue siendo lo suficientemente buena como para sugerir que se referían a ciertos "hermanos Babilonia” del autor (o autores) de la carta. A partir de la línea 4' el texto se puede seguir mejor. Las personas que se acaban de mencionar, aceptan el conocimiento de un "tratado de rebelión" y, posteriormente, una de ellas solicita una audiencia con el rey. La expresión para esto es: "decir la palabra del rey" que, como fue demostrado por J. N. Postgate años atrás, implica que la persona en cuestión se aplica al rey como juez supremo y, por tanto, debería haber sido enviado directamente al Palacio. Esto, sin embargo, no es lo que ocurre en el presente caso. Dos funcionarios asirios aparecen e interrogan al hombre. Después de encontrar preocupante su apelación, le cubren el rostro y se lo llevan. Esto, en sí mismo, tal vez no sea significativo, porque a la gente común no se les permitió nunca mirar cara a cara al rey. Pero lo que sigue es sorprendente. El hombre no es llevado al rey, sino a Arad-Ninlil, justamente la misma persona sobre la que él quería denunciar, y (con su rostro todavía cubierto) se le ordena hablar. Es evidente que bajo la ilusión de creer que está hablando con el rey, posteriormente declara: "Tu hijo, Arad-Ninlil, va a matarte". Las cosas ahora toman un curso drástico. El rostro del hombre se descubre: él es interrogado por Arad-Ninlil, y después de esto es condenado a muerte junto con sus compañeros mencionados al principio de la carta. Las otras siete líneas son demasiado fragmentarios como para ser bien entendida.
Para acercar el significado de esta carta, quiero traer
algunos hechos básicos. La primera es que fue claramente el "tratado de
rebelión" que se menciona al principio del texto, lo que indujo al hombre
desafortunado a apelar ante el rey; en segundo lugar, probar que su información
se refería Arad-Ninlil; y tercero, que debido a esta información, él y sus todos
sus compañeros que conocen del "tratado de rebelión" al instante fueron
asesinados. En consecuencia, podemos concluir que la afirmación "Tu hijo, Arad-Ninlil, te va a matar",
fue algo que Arad-Ninlil no quería que fuera de público conocimiento, y puesto
que esta declaración era para los oídos del rey, es evidente entonces que (1) esta
persona, Arad-Ninlil, tiene la intención de matar el mismo al rey y (2) que Arad-Ninlil
era el hijo del rey. De ello se desprende que Arad-Ninlil estuvo involucrado en
una conspiración destinada a la muerte del rey, y, obviamente, fue la figura
principal en el mismo. En ninguna parte de la carta el nombre Arad-Ninlil se conservó
en su totalidad, el último signo LÍL se encuentra roto o dañado en todos los
casos. Pero ningún otro príncipe sargónida se conoce con un nombre que comienza
con el signo ARAD, por lo que la restauración del elemento final puede
considerarse seguro. Como Arad-Ninlil, sólo se atestigua un hijo de Senaquerib, por
lo que el rey mencionado en el texto sólo puede ser Senaquerib.
Por otro lado, es evidente que la carta en sí no
puede haber sido dirigida a Senaquerib. Si el escritor pretendió advertir al
rey del peligro de un asesinato, se habría expresado de manera diferente. Por
lo tanto, hay que concluir que la carta fue escrita después de que el asesinato
había tenido lugar, por lo que probablemente estaba dirigida a Asaradón. Como
este rey debe haber estado, desde el principio, razonablemente bien informado
sobre el asesinato de su padre, sería absurdo suponer que el propósito del
escritor era simplemente informar al rey sobre la identidad del asesino. Su
objetivo era ciertamente diferente. Si se considera el texto más de cerca, es
fácil ver que el escritor toma el papel principal de Arad-Ninlil en la
conspiración, como algo generalmente ya conocido, pero lo que está tratando de
dejar claro es que los dos funcionarios mencionados en la carta eran
responsables por la muerte del informador, por lo que en consecuencia también
están involucrados en la conspiración.
Tanto los hombres de Nabu-suma-iskun y Silla, son
bien conocidos como funcionarios de Senaquerib, que continuaron en sus oficinas
durante los primeros años de Asaradón: el archivo de cartas de Kuyunjik
contiene muchas denuncias en contra de este último. La presente carta
claramente está en la misma categoría, y utilizando como argumento en contra de
Silla, su papel en silenciar el informante, lo que en realidad implica que la
predicción "su hijo Arad-Ninlil te
va a matar" se halla convertido, por su parte, en un hecho. Por lo tanto, la carta que acabamos de discutir
fuertemente apoya la posición de los estudiosos que han visto en Arad-Ninlil el
candidato más probable para el asesino de Senaquerib. y, de hecho, hace que sea
una cuestión de virtual certeza. Nosotros, por lo tanto, podemos pasar a una
seria reconsideración del problema de cómo relacionar satisfactoriamente el
nombre Arad-Ninlil a los nombres del asesino (Adramelec / Adramelos / Ardumuzan)
que figura en la Biblia y los pasajes Berossus.
Recreacion artistica del asesinato de Senaquerib por su hijo Arad-Ninlil (Arda Mulissi). |
En realidad, casi no hay problema aquí en absoluto.
Ahora estamos en condiciones de demostrar que la lectura tradicional del nombre
asirio (deletreado logográfico) en la que las comparaciones anteriores se
basaban (y que también se ha utilizado aquí por conveniencia) son incorrectos y
deben ser abolidos. En particular, el elemento teofórico[4]
al final del nombre (d-NIN.LÍL) tiene que ser leído [Mulissu] o [Mullêsu] y no
Ninlil. Esta lectura, en primer lugar tentativamente sugerida por E. Reiner
hace doce años, y desde entonces cada vez mejor documentada, representa la
forma neo-asirio del nombre acadio de la diosa Ninlil, atestiguado como
Mulliltum en una antigua lista dioses babilónicos. Al parecer, estuvo muy
extendido en el primer milenio, y es en realidad atestiguada en la ortografía
silábica del mismo nombre en consideración. Por otra parte, la lectura del
primer elemento (ARAD) se puede determinar como [arda] o [ardi] sobre la base
de ocasionales ortografía silábica en textos asirios contemporáneos y
anteriores. Y una vez que la lectura “Arda-Mulissi” puede ser establecida, los
nombres del asesino encontrados en las fuentes no cuneiformes se vuelven
relativamente fáciles de explicar. El Adramelec bíblico difiere del nombre
asirio sólo en dos aspectos: la metátesis “r” y “d”, y la sustitución de la
espinilla al final del nombre por kaph.
El primer punto es insignificante ya que “r” y “d” fueron prácticamente homográficas[5]
y por lo tanto fácil de confundir en la escritura antigua hebrea y aramea; y el
segundo puede ser explicado como un error del escriba. No es difícil imaginar a
un escriba haciendo la corrección de un, aparentemente sin sentido, "meles" a
"melek", un frecuente elemento final en los nombres personales
semitas noroccidentales. Las formas de los nombres de Berossus muestran un
partido aún mejor. La forma “Adramelos” que se encuentra en el extracto Abideno
(Abydenos)[6]
es prácticamente idéntica a Arda-Mulissi salvo para la metátesis ya discutida
de “r” y “d” (que puede haber sido influenciado por la familiaridad de Eusebio
con la forma bíblica). El nombre Ardumuzan coincide con Arda-Mulissi hasta su
última sílaba que sólo puede ser debido a la corrupción textual. Es importante
tener en cuenta que en este nombre, la metátesis de “r” y “d” no tiene lugar.
En resumen, se puede afirmar que los tres nombres
pueden ser relativamente fáciles de rastrear de nuevo a Arda-Mulissi, y
entonces uno llega a pensar que sería muy difícil, si no imposible, encontrar
otro nombre asirio que pueda aportar a una explicación satisfactoria para
ellos, distinta a la hecha. La identificación de Arad-Ninlil / Arda-Mulissi
como el asesino de Senaquerib, puede considerarse doblemente asegurada. Pero,
"¿cuáles fueron sus motivos, y cómo es que terminó haciendo lo que hizo? Mi
reconstrucción del curso de los eventos es como sigue:
Relieve con Asaradon junto a su madre Naqia (Zakutu). |
En 694, Asurnadinsumi (Assur-nadin-Sumi), el hijo
mayor y heredero designado de Senaquerib, es capturado por los babilonios y
llevado a Elam, y no se oye hablar más de él. El segundo hijo mayor,
Arda-Mulissi, ahora tiene todos los motivos para esperar a ser el próximo
príncipe de la corona, sin embargo, el está siendo desplazado de esta posición en
favor de Asaradón, otro hijo de Senaquerib. Éste es más joven que Arda-Mulissi
pero se convierte en el hijo predilecto de Senaquerib gracias a su madre Naqia[7],
que no es la madre de Arda-Mulissi. Finalmente, Asaradón es proclamado
oficialmente príncipe heredero, y a todos en Asiria se les hace jurar lealtad a
él. Sin embargo, Arda-Mulissi goza de gran popularidad en ciertos círculos que
quieren verlo como su futuro rey en lugar del enfermizo Asaradón. A medida que
pasan los años, la oposición a Asaradón crece, mientras que al mismo tiempo
Arda-Mulissi y sus hermanos ganan en popularidad.
Este desarrollo político conduce a un giro de los acontecimientos, pero que no era esperado por ArdaMulissi y sus seguidores. Previendo problemas, Senaquerib envía a Asaradón a la capital de las provincias occidentales que, sin embargo, no supone una revisión de la orden de sucesión. Ante esta situación, Arda-Mulissi y sus hermanos pronto se encuentran en un punto muerto. Por un lado, están en su apogeo político, mientras que su hermano rival languidece en el exilio y, por su parte, este último sigue siendo el príncipe de la corona, y no hay nada que sus hermanos puedan hacer al respecto ya que la posición de Senaquerib se mantiene sin cambios y Asaradón en las provincias está fuera del alcance. Y suponiendo que este fuera capaz de adjudicarse victorias militares, su popularidad, sin duda, se elevaría mientras que la de sus hermanos podría fácilmente comenzar a hundirse. En esta situación, la única manera de hacer algo en su favor, al parecer, es la de actuar con rapidez y tomar el control de la monarquía por la fuerza. Se resolvió entonces un "tratado de rebelión", y probablemente no mucho después, Senaquerib es asesinado a puñaladas por Arda-Mulissi o, tal vez, acabo con su vida aplastándolo bajo el peso de un coloso “toro alado”[8] que custodiaba el templo donde había estado orando a la hora del asesinato. Esta reconstrucción sigue de cerca el propio relato de los hechos de Asaradón, e interpretaciones similares se han presentado antiguamente por otros.
Toro Alado o Lammasu. |
Creo, sin embargo, que la historia ahora descansa
sobre un suelo más firme que antes. Sin duda, estamos ahora en condiciones de
absolver finalmente, al acosado rey Asaradon, de la acusación de asesinato que
no se merece, y condenar al hombre a quien toda la evidencia apunta, y que en
su vida se escapó del castigo por huir a la tierra de Ararat.
Fuente para la tablilla: click aquí
Fuente original en ingles para el artículo: click aquí
Autor: Simo Parpola. Profesor de Asiriología de la Universidad de Helsinki.
Traducción: marvel77
[1] Descartado Asurnadimsumi
(Assur-nadin-Sumi), el primogénito y heredero al trono, capturado y
posiblemente asesinado por los elamitas.
[2] Tenía más hijos Senaquerib, y distintas eran sus
madres. Se arriesga otro nombre para uno de sus hijos interpretando los textos
de bíblicos y los de Beroso: Sarezer o Sharezer (posiblemente Nergal Sharezer o
Nergal-sarra-yutsur).
[4] Los nombres teofóricos son aquellos que en su
composición tienen la palabra dios o el nombre de una deidad en concreto.
[6] Fue un historiador
griego, y el autor de: “Historia de los
caldeos y los asirios”, de los cuales algunos fragmentos se conservan por
Eusebio en su Evangelica Praeparatio,
y por Cirilo de Alejandría en su obra acerca de Juliano. Varios otros fragmentos se conservan por Sincello. Estos
fueron particularmente valiosa para la cronología. Un fragmento importante, que
aclara algunas dificultades en la historia de Asiria, ha sido descubierto en la
traducción armenia de la Chronicon de Eusebio.
[8] Toro Alado,
deidad protectora asiria, llamados Lammasu
o Aladlammu en forma intercambiable.
Aunque los “lammasu” y “alad” ya eran conocidos en Sumeria, su
iconografia era diferente.
Diversificamos un poco la temática con este magnífico artículo del famoso asiriologo Simo Parpola inédito en castellano. No todo son guerras y batallas. Esperamos les guste y dejen sus comentarios.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarGracias por tu comentario Griunka. Esperamos verte seguido por aquí. Un saludo.
ResponderEliminarMuy bueno el relato. Importante conocer cientificamente los hechos biblicos, porque son verás. Muchas bendiciones.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu comentario, Carmen. Nos alegra que te gusten nuestros trabajos. Un saludo!
EliminarFue muy buena la interpretación de este relato aclarando las dudas anteriores y satisfecho por llegar a una conclusión más lógico de lo que había pasado.
ResponderEliminarNo puedo negar lo fascinante que es conocer la verdad de hechos históricos qué han marcado un antes y un después a través de una excelente investigación como es ésta. Gracias.
ResponderEliminarMe agrada tu comentario. Así es, incluso hay muchas cosas que por una solo letra transversa el sentido completo del texto
ResponderEliminarSolo creo en lo que la divina Palabra nos enseña, puede que muchos se hayan desgatado estudiando y Su verdad no les haya sido revelada pues el mismo asi nos lo enseña en Mateo 11:15 respondiendo Jesús, dijo:Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque ocultaste estas cosas a los sabios y a los entendidos, y las revelaste a los niños.
ResponderEliminarExcelente investigación, ¡wow! Profunda.
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